dissabte, 26 de febrer del 2011

yo no viví esos años, pero los añoro




La gran cosa era pasar mucho tiempo con los amigotes. Y con las novias cuando aparecían, claro. Ya veis qué pintas, qué jerseys y qué pelos. Y qué gafas. Yo no sé si compartiréis conmigo esa idea pero a mi me da que les daba igual todo eso (pintas y pelos y gafas).

Míralos. Están en un bosque. ¿Qué foto tienes tu con tus amigos en un bosque? No lo vais a ver pero en el mismo álbum había una de ellos haciendo fuego para cocinarse algo que no se distingue, y dentro de una cueva. A lo grande, amigos, a lo grande. 

Cero televisión, qué coño! Cero internet, cero ordenadores. Lo máximo era poder llamar sin que te pasase la operadora. Qué tiempos, joder. 

Vale, la globalización habrá hecho mucho por nosotros pero ya sabéis que la ignorancia da la felicidad más que cualquier otra cosa. Y lo mejor es que ellos no eran ignorantes, probablemente son mucho más listos que nosotros. 

Estos hombres construyeron una casita encima de un árbol (vease la siguiente foto), arreglaron el tejado de una casa que se estaba cayendo a trozos, derrumbaron un establo y construyeron unas gradas. Estos hombres, chavales en esos entonces, vivían la vida a través de ellos. 

Envidia les tengo, y podría parecer una impostora afirmando que lo prefiero a los tiempos de ahora, pero actualmente es imposible vivir al margen del bullicio. 


Chica busca casita en un árbol y vecinos vegetales. Chica busca utopía.